sábado, 27 de octubre de 2007

Cómo...

¿Cómo volver a empezar?
¿Cómo dejar de nuevo el corazón abierto a manos de otro?
¿Cómo saber si te saldrá bien esta vez?


Ojalá se pudiera saber de antemano,
ojalá no hiciera falta tanto sacrificio y sufrimiento,
tantas lágrimas y malos ratos...


Ojalá...


Como dice la canción de Silvio:



"Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro
que baja por tu cuerpo.

Ojalá que la luna pueda salir sin ti.

Ojalá que la tierra no te bese los pasos.
Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.

Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.
Ojalá que la aurora no dé gritos
que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan
tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores."








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